Como bien indica su nombre, una fobia específica ocurre cuando se le tiene miedo a algo determinado, es decir, a un objeto o situación específica. Las más comunes son:

Fobia a animales 

En esta categoría podríamos encontrar las siguientes: aracnofobia (arañas), cinofobia (perros), murofobia o surifobia (ratas y ratones), entomofobia (insectos), ailurofobia (gatos), bufonofobia (sapos), equinofobia (caballos), escolequifobia (gusanos), lepidopterofobia (mariposas), ofidiofobia (serpientes), etc.


Fobia a entornos naturales

En este caso estaríamos hablando de miedo a situaciones que están relacionadas con la naturaleza como, por ejemplo, astrafobia (rayos), brontofobia (tormentas), acrofobia (alturas), hidrofobia (agua), tanofobia (sol), cremnofobia (precipicios), pluviofobia (lluvia), etc.



Fobia a sangre, inyecciones o heridas

La fobia a la sangre es denominada hematofobia, la fobia a las agujas belonefobia, la fobia a las inyecciones tripanofobia y a las heridas o lesiones traumatofobia.



Fobias situacionales

Estarían relacionadas con determinadas situaciones como, por ejemplo, tener que montar en una ascensor o avión (aerofobia), fobia a tener que estar en espacios cerrados o abiertos, etc. 

Otro tipo de fobias

Además de las anteriores, se pueden presentar otro tipo de fobias, por ejemplo: cibofobia (comida), ecofobia (hogar), katagelofobia (ridículo), politicofobia (política), triskaidekafobia (número 13), venustrafobia (mujeres), coulrofobia (payasos), fagofobia (atragantamiento), etc. 




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